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Dr Pablo Codesido

~ Traumatología, cirugía ortopédica y lesiones deportivas. A Coruña.

Dr Pablo Codesido

Archivos de etiqueta: deporte

¿Qué deporte puedo realizar con una prótesis de cadera o de rodilla?

07 sábado Feb 2015

Posted by Dr. Pablo Codesido in Uncategorized

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actividad física, deporte, Prótesis cadera, rodilla

Al contrario de lo que os podáis imaginar, no es una respuesta fácil. La literatura científica no tiene grandes estudios con evidencia suficiente para poder recomendar un deporte u otro evitando grandes perjuicios para el operado. Muchas de las cosas que os voy a contar aquí estarán basadas en un artículo de la prestigiosa revista “The Journal of Bone and Joint Surgery” titulado “Athletic Activity after Total Joint Arthroplasty” (Actividad deportiva tras artroplastia total de cadera/rodilla). Aunque existen otros más recientes quizá sea actualmente la mejor guía escrita para cirujanos traumatólogos. En realidad se trata de una revisión sobre pequeños estudios basados en encuentas para intentar dar unas recomendaciones básicas sobre qué deportes podemos o no practicar tras la colocación de una prótesis total (artroplastia total, o sustitución total) de cadera y/o rodilla.

En octubre del 2007 la revista “The Lancet” de la que seguro muchos hais oído hablar por su repercusión en medicina, hablaba de la colación de una prótesis total de cadera como de la intervención quirúrgica del siglo. ¡Guau!, por encima de operaciones de cirugía cardiaca, digestiva, oncológica…etc Y lo hacía porque la gran mejoría que se produce en estos pacientes en cuanto a dolor y calidad de vida la hacen una de las intervenciones más satisfactorias que hay, pudiendo acercarse a niveles de actividad previos e incluso mejores a antes de operarse. ¿Incluye esto el hacer deporte? Paso a paso, y nunca mejor dicho. En uno de los trabajos realizados el 36% de pacientes que iban a ponerse una prótesis de cadera y el 42% de una prótesis de rodilla realizaban algún deporte antes de la intervención, a los 5 años tras ella el 52% del grupo de cadera y el 34% de los de rodilla realizaban algún deporte. Respecto a la prótesis de rodilla, como veis, los resultados todavía no igualan a los de cadera (en los que el porcentaje de actividad mejora tras la operación debido a la mayor reducción de dolor), pero de todas formas el grado de satisfacción también es muy alto.

Cuidado porque la información que se encuentra en internet, el marketing industrial (una prótesis es un producto empresarial de alta tecnología), y las opiniones sesgadas hacen que muchas personas piensen que ponerse una prótesis es como volver a ser joven otra vez. Y no es así pese a los grandes resultados. Es una intervención de cirugía mayor, que se complica poco pero que si lo hace puede ser devastadora. Evidentemente el riesgo/beneficio está muy a favor del paciente. Cada vez las personas necesitan más realizar sus actividades lúdicas y deportivas como parte de su calidad de vida, y la tolerancia a lesiones articulares es menos por la disminución en la capacidad física que producen, de ahí que cada vez se coloquen más prótesis y a menor edad. Una persona con 55 años con una prótesis probablemente desee, e incluso debe, realizar actividad física, pero cuidado, no es lo mismo jugar al golf que al baloncesto. En otro estudio se determina que las causas para no hacer deporte tras prótesis de cadera o rodilla son en un 47% precaución, 27,5% dolor en otra parte del cuerpo, y un 12,7% dolor en la articulación con prótesis. Y es que como comprobamos, los estudios a los que nos referimos son muy “generales”. Me explico, no es igual meter en la misma cesta a personas de 75 años que a personas de 50, tanto por actividad como por pretensiones, por eso los datos cogerlos con pinzas y haced mucho caso a vuestro traumatólogo.

Las superficies de contacto de la prótesis se desgastan y dependiendo del tipo de paciente usamos diferentes materiales. La durabilidad de una prótesis cada vez es mayor y será fácil que nos encontremos en el futuro a personas con una prótesis puesta hace más de 20 años. Pero es cierto que a mayor impacto mayor desgaste, y que además hay complicaciones como la fracturas periprotésicas que se deben evitar. El desgaste de la prótesis se produce por microparticulas liberadas de las superficies protésicas que se depositan en la articulación y que pueden dar reacciones inflamatorios que “aflojen” la prótesis.

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Parece pues que el término “impacto” es una de los grandes determinantes para realizar deporte con prótesis. Es de sentido común saber que el impacto articular se realiza más en deportes que impliquen carrera y salto, por ejemplo, baloncesto, futbol, running, voleyball…, y que existe poco impacto en deportes como la natación, golf, bicicleta estática, canoa, jugar a los bolos o andar caminatas moderadas en superficies fáciles (no montaña). Pero hay una serie de actividades que están en la zona media como el tenis y el pádel (tan de moda), bicicleta en ruta, musculación con pesas o patinaje por decir las más frecuentes. A este respecto deciros que solo disponemos de estudios en cuanto a encuestas que se han hecho a cirujanos de las más importantes sociedades científicas de cadera y rodilla en USA. Concretamente se hicieron en 1999 y en el 2005 mejorando en general solo en 6 años el número de deportes permitidos.

En dichas encuestas se llegó a algún consenso pero también a alguna discrepancia. Es aceptado por todos que los deportes de “alto impacto” no se recomiendan tras prótesis de cadera o de rodilla, incluyendo el baloncesto, futbol, y running a las que se añaden por sentido común artes marciales y deportes extremos. También se acepta que se recomiendan en rodilla y cadera deportes de bajo y medio impacto como bicicleta estática (spinning), golf, nadar, andar incluyendo senderismo, bicicleta en ruta y canoa. Se permiten si había experiencia previa deportes como el remo, patinaje sobre hielo, ski de travesía o montar a caballo; pero en el caso de la rodilla existen deportes que en 1999 se permitían y en 2005 no y al contrario en el caso de la cadera, como el ski bajando pistas o el levantamiento de pesas. El problema es que en ambos tipos de prótesis los cirujanos no llegaron a un consenso claro en deportes tan frecuentes como el tenis, beisbol, hockey, alpinismo suave, esgrima o gimnasia deportiva.

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Cómo veis es todo muy relativo y hay muchos factores a valorar: edad, tipo y estado actual de la prótesis, actividad previa…etc. Personalmente resumo este post diciendo lo que yo recomiendo a mis pacientes. En primer lugar a todos realizar una actividad de tonificación muscular y aeróbica de bajo impacto, como una gimnasia de mantenimiento o pilates controlado, natación, caminatas o ciclismo moderado, que es la misma situación que indico en aquellos pacientes en los que empieza a verse signos degenerativos pero aún no desarrollan síntomas importantes. La activación muscular protege a la articulación y los beneficios para la salud del ejercicio moderado es algo que ya todos conocemos. Luego dependiendo de la persona individual y de su actividad previa recomiendo deportes del grupo bajo o medio impacto, permitiendo según experiencia el ciclismo en ruta, la natación e incluso el tenis/pádel o deportes más específicos en casos determinados. Es importantísimo por lo tanto que consultéis a vuestro traumatólogo antes de lanzaros a sudar puesto que él comprobará previamente el estado de la prótesis y vuestro estado general.

Dolor cervical, tratemos el problema.

22 jueves Sep 2011

Posted by Dr. Pablo Codesido in Uncategorized

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cervical, deporte, dolor, traumatología

«Mire doctor, me duele el cuello desde hace tiempo…»

Espondlilosis cervical, cervicalgia degenerativa, cervicoartrosis…Sí, muchos nombres y mucha confusión. Desgraciadamente estamos hablando de una de esas epidemias silentes de nuestro desarrollado entorno. Generalmente a muchos traumatólogos esta patología nos incomoda, quizá porque a pesar de poder realizar un diagnóstico relativamente sencillo, las opciones de tratamiento a veces no son todo lo satisfactorias que queremos debidas a las circunstancias que rodean el problema. Me explico para todos sin academicismos.

Comencemos por el principio. Un poco de anatomía básica. La columna cervical tiene 7 vértebras, con sus discos intervertebrales (inexistentes entre el occipital-C1 y  entre C1-C2), sus ligamentos correspondientes y sus articulaciones (¡que importantes y que desconocidas!) y por supuesto su sistema de raíces nerviosas y la médula. Me parece importante empezar diciendo qué es lo que realmente duele. Pues bien, duele la raíz nerviosa por compresión o isquemia,  los ligamentos, la musculatura, que se contractura ante la presencia de alteraciones, pero sobre todo duelen las articulaciones interapofisarias que son el origen del dolor cervical en un  25-75% de los casos. El disco no duele, no tiene terminaciones nerviosas, pero indirectamente la hace por compresión nerviosa y la  inestabilidad que provoca.

Es importante comprender la historia natural de esta enfermedad. Como todas las cosas los humanos nos “gastamos”. Los discos intervertebrales a partir de la 3ª década de la vida van alterando sus propiedades, se deshidratan  y su núcleo se va extruyendo. De ahí que se formen protrusiones del disco (a veces hernias) y pérdida de altura, que producen pequeñas microinestabilidades que dañan ligamentos y articulaciones. El hueso reaccionará produciendo osteofitos, que no son más que un intento de estabilizar lo dañado. Y la musculatura se contractura en un intento de colaborar en dicha estabilización con lo que se la columna “se pone recta”. Como veis se van afectando todas esas estructuras que antes decíamos que dolían. El problema es que no sabemos exactamente cuando empiezan a doler. A veces muchos traumatismos menores como un latigazo cervical (whiplast) lo desencadenan en columnas que ya sufrían en silencio. Otras veces, la mayoría, es un proceso degenerativo puro y duro. Pensad en una columna de una casa antigua, ¿como la mantendríais en pié si estuviese dañada?

A estas alturas ya deduciríais algunos de los síntomas que se provocan. Dolor con el movimiento, contracturas, crujidos, dolor de cabeza occipital e incluso mareos por la contracción de vasos sanguíneos que corren hacia la cabeza por el sistema vertebral, y finalmente síntomas neurológicos por irritación de las raíces nerviosas que van hacia el hombro, brazo y mano. La forma más grave es la afectación de la médula cervical en casos avanzados, con una sintomalogía muy variada. Esto es importante, “doctor me duele el hombro”, pero en realidad quizá mi problema esté en el cuello.

Las pruebas diagnósticas como los Rx, o una RNM (resonancia magnética) son ayudas para establecer un diagnóstico y una gradación del problema. Dejad al traumatólogo su interpretación, porque las manifestaciones radiológicas no se corresponden con la sintomatología en muchos casos. De hecho las encontramos hasta en un 95% en personas mayores de 65 años asintomáticas.

Llegados a este punto os introduzco otra reflexión: ¿por qué unas columnas se gastan antes que otras? He aquí la clave. Está claro que no todos tenemos exactamente  la misma anatomía, pero tampoco el mismo estilo de vida, ni siquiera las mismas preocupaciones. Todo ello influye. Por ejemplo, fumar no sólo es perjudicial para el pulmón, también para la columna vertebral y muchos pacientes se extrañan cuando se lo explicas. Es típico ver a una persona de 35 años con dolor cervical y contracturas. Empezamos a historiar el problema y resulta que no hace deporte, trabaja muchas horas de pié, tiene un niño de 1 año que no para y está enfadado/a con media famila. O una de 60 años harta de trabajar, con actividad física limitada, fumador y con una radiografía que mete miedo. Resultado:  destonificación muscular por falta de ejercicio físico  adecuado, lo que se traduce en baja protección a nivel articular, microtraumatismos repetidos (malas posturas, ejercicio incorrecto)y stress (tensión). ¿Y quién corrige esto en una consulta de 15 minutos?… Pues siempre hay algo que hacer.

Explicar. Responsabilizar al paciente de su estado y ayudarle. No todos nos cuidamos igual. Un antiinflamatorio o un relajante muscular  sólo es una parte del tratamiento. Ojo, con esto de la espalda hay un montón de engaño terapéutico, como en todos los problemas crónicos y difíciles de resolver de un día para otro: máquinas extrañas, masajes exóticos, sapos, culebras y la opinión del vecino…Buscad gente formada, profesionales del asunto. Sin duda, en mi opinión,  la terapia física rehabilitadora, fisioterapia y especialmente el deporte de tonificación son claves en el manejo de esta enfermedad a corto y largo plazo combinados con el tratamiento médico. Lo difícil creo, es alentar al paciente para cambiar sus hábitos de vida. Y no es igual el hábito deportivo de una persona de 40 años que el de una de 75. Pero insisto, siempre hay algo que hacer. Pensad en la pregunta de la columna de una casa antigua. Yo reforzaría los pilares accesorios, y eso en la columna vertebral se traduce en músculos y ligamentos. Felicitaciones a los compañeros de la Traumatología que mantienen contacto con los fisioterapeutas, osteópatas y viceversa que tratan los a los pacientes. Es fácil prescribir unas sesiones de fisioterapia, lo difícil a veces es la comunicación. Todos aprenderemos mucho. Pensad que el tratamiento quirúrgico solo es necesario en casos muy limitados, y que un problema que se genera durante muchos años no se resuelve en una semana.

No dejéis de acudir al traumatólogo. Un buen diagnóstico precede a un buen tratamiento. Ya veis que el manejo del problema abarca muchos campos tanto físicos como psicológicos, e implica  diversos  profesionales de la salud.  Pero tened la esperanza de que el problema se puede resolver, el dolor puede remitir. Es verdad, no es fácil, pero para eso estamos.

Hola a todos.

14 miércoles Sep 2011

Posted by Dr. Pablo Codesido in Uncategorized

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cirugía, deporte, lesiones, traumatología

Hola a todos. Nace este blog para mantener un mejor contacto con mis pacientes, colegas de profesión y con todos aquellos que estéis interesados en la traumatología, cirugía ortopédica y las lesiones del deporte. Es una cuestión ineludible el interesarse por las materias y los profesionales que tratan con nuestra salud. Aquí podréis encontrar información sobre todas aquellas dudas que se generan en el transcurso de una lesión o enfermedad traumatológica, siempre desde el punto de vista del que os escribe y desde un punto de vista cercano, entendible, pero no por ello, menos científico. Un saludo y ¡bienvenidos!

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